La estructura compuesta pero de disposición clara del manto de coronación, datada del primer siglo del cristianismo húngaro, fue realizada con detalles muy ricos y variados. Aparecen más de ochenta figuras y escenas que fueron representadas agrupadas en disposición geométrica. En el sistema de imágenes simbólicas, las figuras destacadas con mandorla (un marco de gloria con forma de almendra) recibieron inscripciones interpretativas. Estas inscripciones en latín, escritas en hexámetros leoninos (forma de poema con rimas y métricas) pertenecen a los vestigios más antiguos de la literatura de Hungría en latín.
Representación de Gisela y Esteban en el relieve de Tibor Rieger
El matrimonio de Esteban, hijo del gran príncipe húngaro Géza y de Gisela de Baviera, hija de Enrique II. (Pendenciero) tuvo lugar en la capilla de la fortaleza Scheyern de Baviera, que actualmente se llama por este evento, Capilla real (Königskapell).
El rey Esteban en el trono. Crónica Ilustrada alrededor de 1360, Biblioteca Nacional Széchényi. Foto: Károly Szelényi
Con la coronación de Esteban el Principado Húngaro se convirtió en reino cristiano de Europa. La coronación aseguró una nueva legitimación al rey Esteban, y contribuyó en gran medida al aumento de su autoridad, a su reconocimiento internacional. La coronación se efectuó en la sede de la corte, en Esztergom.
La ceremonia de la coronación se efectuó el primer día del nuevo milenio, el cual pudo ser el 25 de diciembre de 1000 (según el calendario Juliano) o el 1º de enero de 1001.
Beata Gisela, obra de Sándor Kiss en la capilla de Magna Domina Hungarorum en Roma. Roma, Basílica de San Pedro, 1981. Foto: Károly Szelényi
El convento fue fundado por el Rey Esteban. Además de la educación de las mujeres, las monjas de Veszprémvölgy tenían la misión de proveer las iglesias en construcción del país con vestiduras sacerdotales. Según el Código II de Esteban ”el rey debe velar por las vestiduras y los manteles de altar, mientras el obispo por los sacerdotes y los libros”.
La casulla transformada en manto de coronación se hizo ahí. Las ruinas del convento pertenecen hoy a Veszprém, cuya basílica fue construida por Gisela. En el manto, el modelo de edificio que tiene la reina Gisela en la mano tal vez se refiere a eso. Los obispos de Veszprém tenían el privilegio de la coronación de las reinas, por eso se llama Veszprém hasta hoy en día “la ciudad de las reinas”.
La iglesia en el siglo XI (reconstrucción). Diseño: Zsuzsanna Branczeiz
Fehérvár fue muy respetado desde el funeral del Príncipe Géza en 997. Alrededor de 1018, ahí se construyo la iglesia más importante del Reino Húngaro medieval, que Esteban había mandado construir poco después de la fundación del Estado. La iglesia prevista como lugar de coronación y de sepultura, con su superficie de 60×30 m y de una altura interna de aproximadamente 30 m, fue una de las basílicas más grandes del Europa medieval.
El Rey Esteban donó en 1031 a esta Basílica de la Virgen María de Fehérvár la casulla suntuosa que después fue transformada en manto de coronación. El nombre de Fehér vár, Alba Civitas aparece también en el texto que circunda el manto.
El manto de coronación de los reyes húngaros de 1031, Museo Nacional Húngaro. Foto: Károly Szelényi
El Rey Esteban y la Reina Gisela donaron a la basílica de la Virgen María de Fehérvár una casulla suntuosa. El tejido de la casulla en forma de campana es seda bizantina con diseño de roseta, de color violeta azulado, cubierto casi completamente de ornamento bordado con hilo de oro (peso: 4,3 kg).
El ornamento particularmente rico de la casulla muestra que se preparó para un evento especial, probablemente para el 35o aniversario del matrimonio de la pareja real o para el Día de Acción de Gracias organizado después de la campaña fracasada (1031) del emperador romano-germánico, Conrado II contra los húngaros.
Sobre la casulla, una dedicatoria en latín nombra a los donadores, el lugar y la fecha de la donación. Las figuras y escenas representadas sobre el arco se estructuran simbólicamente. En la parte superior aparece el coro de ángeles, Cristo y María, después en semicírculo los profetas del Antiguo Testamento, los apóstoles y por fin, los mártires. La figura de Cristo aparece varias veces. Junto a las figuras aparece el nombre, y bordaron un texto interpretativo poético en latín alrededor de las figuras destacadas, en un marco de forma de almendra.
Según la leyenda, la misma Reina Gisela participó en la preparación de la casulla en el convento de monjas de Veszprémvölgy.
Sarcófago de San Esteban – Museo del Rey San Esteban, Depósito. Foto: Brigitta Tóth, 2018
El rey Esteban falleció después de más de 40 años de reinado, el día de la Asunción de la Virgen María (el 15 de agosto). Con su actividad de unificación de Estado, de organización de la Iglesia y de legislación, fundó el Estado húngaro, que existe hasta hoy en día. Debido a la muerte temprana de su hijo, el príncipe Emérico, se quedó sin heredero, por eso antes de su fallecimiento ofreció el país a la Virgen María. De ahí proviene la expresión “Regnum Marianum”, es decir el Reinado de María.
Esteban fue enterrado en la Basílica de Fehérvár, según los registros “Su cuerpo santo fue puesto en el centro del edificio en un sarcófago tallado en mármol blanco”.
El manto de coronación de los reyes húngaros de 1031, Museo Nacional Húngaro. Foto: Károly Szelényi
La casulla a causa de su rico ornamento y de su relación con el rey San Esteban, se convirtió en manta de coronación.
La coronación se hizo en el marco de una misa. La ceremonia comenzó con la consagración del rey, su unción con aceite consagrado, para mostrar que el rey reina por la voluntad de Dios.
La transformación se realizó durante el reinado de Béla III. A partir de ese momento la historia del manto se relacionó con la Santa Corona. El manto de coronación, la Santa Corona, con el cetro real, el orbe y la espada de coronación constituyen juntos las insignias de coronación húngaras, que fueron guardadas por la Iglesia en Székesfehérvár, hasta el siglo XIV.
Viktor Madarász: La reina Isabela recibe al diplomático turco, 1879. Foto: Museo de Bellas Artes (2018)
Entre 1038 y 1539, durante 500 años, las coronaciones de los reyes se realizaron en la basílica de coronación de Székesfehérvár. 44 reyes fueron coronados durante ese periodo. La última fue de la reina Isabela Jagellón, esposa de Juan I de Hungría, en 1539.
Matías II con los ornamentos de coronación, Grabado calcográfico de L. Kilián, 1610, Museo Nacional Húngaro. Foto: Károly Szelényi
Durante el dominio turco, las coronaciones tuvieron lugar en Bratislava desde 1563 hasta 1792. La mayoría de los reyes húngaros de la Casa de Habsburgo fueron coronados ahí.
Matías II fue coronado en 1608. Su imagen es la primera conocida, hecha con la corona y el manto de San Esteban.
Johann Peter Krafft: Coronación de Francisco I en 1792 (detalle), 1823. Foto: Museo de Bellas Artes (2018)
Francisco José Carlos de Habsburgo-Lorena, rey de Hungría con el nombre de Francisco I (1792-1835) fue nieto de María Teresa. Su coronación tuvo lugar el 6 de junio de 1792, en la Iglesia de María Magdalena. La Iglesia entonces estaba vacía, la prepararon y la decoraron sólo para ese evento. A la coronación asistió el archiduque José que entonces tenía 16 años, posteriormente el Palatino, quien estaba en Buda por primera vez.
La caja de corona en la que fueron enterradas las joyas de la Corona, Museo Nacional Húngaro
En la guerra de independencia de 1848-49, el 23 de agosto de 1849, las insignias de coronación fueron enterradas en una caja de hierro con ornamento sencillo, en la ciudad de Orsova cerca de la frontera (hoy Rumania).
La Santa Corona, la espada, el manto y las otras insignias pasaron 4 años bajo tierra, a orillas del Danubio, bajo un sauce. El ejército imperial las encontró sólo en septiembre 1853. Salvo la capa, los vestidos de coronación se descompusieron por la humedad.
Eduard von Engerth: Coronación de Francisco José y de Isabel (detalle), 1872. Foto: Museo de Bellas Artes (2018)
La coronación de Francisco José y de la Reina Isabel tuvo lugar el 7 de junio de 1867 en la Iglesia de Nuestra Señora (Iglesia de Matías) de Budavár. Después, las insignias de coronación fueron guardadas en el Palacio de Budavár, hasta la segunda guerra mundial.
El manto de coronación de 4 kg tuvo que ser reparada para la coronación de Francisco José en 1867. Durante la reparación los bordados deshechos fueron cosidos a las capas del tejido. El manto recibió un nuevo forro interior.
Carlos IV, la reina Zita y Otto de Habsburgo, 1916. Foto: MTI
El manto de coronación fue utilizado por última vez para la coronación del rey húngaro Carlos IV y de la Reina Zita el 30 de diciembre 1916. La coronación tuvo lugar durante la primera guerra mundial, en la Iglesia de Nuestra Señora (Iglesia de Matías) de Budavár.
Unos días antes de la coronación, la reina Zita realizó varias puntadas sobra el manto de coronación, en el marco de una ceremonia para rendir homenaje a la obra de la Reina Gisela.
La ceremonia de entrega de las insignias de coronación, llegadas de los Estados Unidos de América, en la rotonda principal del Parlamento. Foto MTI: Tamás Fényes
Después de la segunda guerra mundial las joyas de la Corona estuvieron durante 33 años en América. Se guardaron hasta 1953 en una base militar americana en Alemania, después durante 25 años en Fort Knox del Estado de Kentucky, al lado de la reserva de oro de los Estados Unidos.
Fueron entregadas a Hungría durante la presidencia de Carter. La entrega se realizó el 6 de enero de 1978, en el Parlamento.
Desde su vuelta, el manto está guardado en el Museo Nacional Húngaro.
El escultor Tibor Rieger, con un trabajo de varios años recreó el tejido de casi 1000 años. Su relieve en bronce revive la espiritualidad de la corte del rey San Esteban.
El relieve muestra las representaciones de la capa, desplegada en semicírculo, en toda su integridad. La obra en bronce de forma de semicírculo (con una altura de 210 cm y diámetro de 434 cm) es la ampliación de una vez y media de la capa original en seda. Presenta auténticamente los trazos del bordado original que ya no se pueden ver bien sobre el tejido.